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jueves, 28 de marzo de 2013

Entrevista libro Imaginarios Literarios y Culturales

Imaginarios Literarios y Culturales. Géneros y Poéticas


Entrevista a los autores
  
Lo primero, decime a qué proyecto de investigación responde el libro y por qué se demoró su publicación. Decíme por qué editorial apareció editado el libro, así como también el título completo del libro, la cantidad de páginas y dónde se puede conseguir.

  
El libro es resultado del proyecto de investigación Imaginarios Literarios y Culturales. Géneros y Poéticas, que desarrollamos durante los años 2008 y 2009  desde el Profesorado en Lengua y Literatura del Instituto A.P. de Ciencias Humanas. El título del libro es homónimo al del proyecto. Optamos con Daniel Teobaldi y Marcela por esta posibilidad pues hay pocas publicaciones de teoría del género que tengan este título. El libro tuvo una demora que se debió, sobre todo, a los trabajos de corrección y pruebas que se hicieron durante el 2010, hasta llegar a la edición final en septiembre de ese año. El libro contó con la participación de seis estudiosos del policial y el fantástico –Daniel Teobaldi, Fabián Mossello, Marcela Melana, Verónica Peretti, Miguel Herráez -un invitado desde España-  y Miriam Divito,  dando un número de 168 páginas. Imaginarios Literarios y Culturales se puede adquirir en casi todas las grandes librerías de las principales ciudades del país y por supuesto en la sede en la ciudad de Córdoba de la Editorial El Copista.


-Contáme cómo nace el proyecto de investigación para trabajar con literatura policial, ¿por qué eligieron el género? quiero decir que, amén de que a ustedes les gusta, ¿es un género que tiene repercusión y actualidad en Argentina? Si es así, contáme qué escritores de la literatura argentina están abocados al policial y si hay editoriales específicas (alguna vez me dijiste que sí, la serie "negro absoluto" si no me equivoco).

El policial fue siempre un tema que nos interesó a todos. El policial, como espacio de escrituras, tiene un desarrollo enorme en la actualidad. En Argentina, como en el resto de Latinoamérica, Norteamérica y Europa, las escrituras policiales se multiplican leyendo el mapa de la sociedad contemporánea. El crimen es el termómetro por medio del cual sabemos qué le está pasando al mundo. El modo como se articulan las muertes y el delito en general, es también el modo como estamos resolviendo nuestras pasiones, nuestros modos de ser en sociedad, dado que no debemos olvidar que el policial, junto con la ciencia ficción, son géneros atravesados por la lógica de la Modernidad. En Argentina, las editoriales reeditan los clásicos y difundes las nuevas escrituras, en muchos casos de escritores muy jóvenes. En realidad, desde las escrituras iniciadas por Walsh, y seguidas por Soriano y Juan Sasturain, por sólo citar algunos nombres, el campo se fue complejizando con la irrupción de nuevas estéticas, nuevos temas, nuevas problemáticas sociales. Autores como Guillermo de Santis, Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez retoman asuntos que no estaban en las agendas de los 70’ y los 80’. Nuevas problemática, nuevos conflictos sociales –como las migraciones, la crisis económica de los 90’- atraviesas ahora la piel del género. Así, las editoriales han desarrollado verdaderas colecciones dedicas al policial. Negro Absoluto es una de las más conocidas, dirigida por Juan Sasturain. Nuestra editorial EDUVIM también ha focalizado sus esfuerzos con la colección Tinta Roja. En todos estos casos nuevos autores, la mayoría jóvenes, irrumpen en la escena de la literatura del crimen apelando a nuevos procedimiento narrativos, para configurar, en muchos casos, lo que se viene llamando neopolicial. Con sólo mirar los estantes de las principales librerías o dar una mirada a los quioscos de revistas, vamos a ver que el policial, en sus series de enigma o negra, recorre buena parte de las ofertas de lectura contemporánea.

-¿Hubo consenso inmediato entre Daniel, Marcela y vos a la hora de elegir el policial como trabajo de investigación? Contáme qué línea investigativa abordó cada uno y por qué. Y si además de ustedes tres hubo alumnos involucrados en el proyecto. 

El tema del policial nos interesa de manera particular a todos. Daniel estudia y escribe novelas policiales, Marcela se ha interesado mucho en las escritoras de policiales y yo, desde las cátedras de teoría literaria y géneros de ficción vengo trabajando el tema con asiduidad, sobre todo en la relación policial y cultura de masas.
Daniel se dedicó en este proyecto a realizar un trabajo, digamos, del estado de la cuestión, recorriendo el campo de las escrituras policiales argentinas contemporáneas y puntualizando algunos aspectos clave de las novelas inscriptas en la estética neopolicial.
Marcela, por su parte, revisó las novelas de Claudia Piñeiro desde una perspectiva que enfatizaba la enunciación desde la mujer- detective, en un complejo constructor a la vez víctima y victimaria.
En mi caso, partí de la base de que el objeto literario se ha expandido y complejizado en otros soportes y estéticas. El imaginario literario en la contemporaneidad sufre profundas rupturas, por lo que decidí tomar un objeto audiovisual- literario-policial Mujeres asesinas. Este objeto permitió, a la vez, referenciar las formas del género en productos no tradicionalmente literarios y visualizar las nuevas formas que asume lo policial en clave televisiva.


-He visto que Marcela trabajó con las novelas de Claudia Piñeiro, así que esta pregunta es para ella: ¿por qué la tomó Marcela a esta escritora? Por lo que he visto, es uno de los pocos casos de escritores argentinos que es un best-seller. ¿La literatura policial guarda esa relación intrínseca con la venta masiva? ¿La literatura de Piñeiro trasciende el policial? (he visto que se han hecho películas basadas en sus novelas? ¿Cuál es la importancia de Piñeiro en las letras argentinas actuales?



Con respecto a la elección de Piñeiro podría decir que fue un encuentro casual. No suelo tener en cuenta los premios literarios para elegir una lectura; sin embargo hace unos años cuando ella ganó el premio Clarín de novela leí la entrevista que le hicieron, creo que en Ñ, no lo recuerdo exactamente, y me llamó mucho la atención lo que comentaba sobre otra de sus novelas. Es decir la nota tenía que ver con Las viudas de los jueves y yo me detuve en Tuya (2005) que es un policial muy particular. Desde allí inicié un largo recorrido con esta escritora: me dediqué a trabajar esta novela corta, así surgieron los trabajos de investigación que se publican en este libro, la introduje como lectura de mis alumnos de sexto año en el ISBR- creo que aún siguen leyéndola- y continúo actualmente con Betibú (2011). 
Coincido con vos en que es un best-seller en tanto este concepto apunta a la cantidad de ventas de un libro, si nos atenemos a los números, ¿verdad? Por supuesto que si nos remontamos a los orígenes del género policial, lo masivo está presente en aquellas crónicas que se vendían en los mercados, en aquellos relatos que hacían circular los hechos de sangre que se producían en los conglomerados urbanos del siglo XIX. Pasando por escritores como Edgar Allan Poe y Conan Doyle que consolidaron el género y siguiendo por toda la producción del policial negro norteamericano y sus continuadores, estamos hablando de un género menor por ser popular y masivo justamente. Sin embargo, sabemos que ha habido grandes escritores que legitimaron el policial y lo llevaron a un lugar muy distinto del que tenía asignado en otras épocas y creo que es por allí que se explica el auge del género, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo. Sucede que el género se fue reconfigurando y está funcionando como una metáfora a escala de lo que ocurre en la sociedad. Esta es una de las principales hipótesis de nuestro actual proyecto de investigación. Es decir, nos permite ver los cambios que se han producido, como el aspecto que yo analizo en Tuya, que se focaliza en las nuevas subjetividades que emergen en el género: la mujer como sujeto inteligente y estratégico con las competencias necesarias para asumir un rol central en el desciframiento de la verdad, que es el problema central de todo relato policial.

-Por último, Fabián, para cerrar, hacéme una reflexión sobre el género policial a través de su historia hasta nuestros días, por qué crees que desde Poe hasta la actualidad el género no sólo ha sobrevivido sino que se ha mantenido tan vigente. Y decíme dos palabritas acerca del "boom sueco" con Steigg Larsson y Henning Mankell.

El género policial ha sobrevivido, a pesar de las modas y los mercados; ha sobrevivido a los cambios sociales, históricos y culturales, para seguir seduciendo a un número creciente de lectores. A diferencia con lo que pasa con la C.F., que ha limitado su expansión a un campo de lectores ‘fans’ y expertos en estas temáticas, el policial se refunda a sí mismo en cada momento y gana nuevos lectores. Una de las explicaciones proviene de las fuentes en las que se inspiran los escritores.  No sólo la crónica periodística ha servido de materiales para los temas e historias,  también otros discursos sociales -el judicial, el de las mismas fuerzas del orden y la riquísima trama de las historias populares. La anomalía producida por el crimen conmueve las fibras de la sociedad moderna (y posmoderna). Esta anomalía necesita ser entendida, de algún modo exorcizada, por un discurso que la explique, aunque sea parcialmente. Por esa razón el género policial funciona como termómetro social e histórico, por un lado, y fuente de explicaciones de lo muchas veces inexplicable, por otro. De algún modo nos psicoanalizamos como sociedad en el género.
Ya este proceso explicativo no parece tener límites territoriales, al menos en Occidente. Los casos Steigg Larsson y Henning Mankell son paradigmáticos.
La literatura policial tuvo su origen en la lectura de la criminalidad en sociedades como la inglesa y luego la norteamericana, en las que las consecuencias de la industrialización y el progreso modernista no parecía tener límites. Pero el límite estaba en el cuerpo. En el cuerpo de las víctimas. Suecia no parecía entrar en esta categoría de país. Pero entró, y de la mano de dos portentosos escritores que nos muestran las ‘tripas’ de una sociedad estructurada  y casi perfecta, que esconde distintas formas de la criminalidad. Así, y sobre todo en Hankell los fantasmas del nazismo (El retorno del bailarín de tango) o la serie Wallander (una especie de Marlowe, pero en Suecia) nos descubren las bambalinas de una sociedad, la sueca, que también se está deglutiendo en oscuras y violentas tramas. El mismo Hankell dice algo que yo siempre tomo como eje de las investigaciones, que parafraseado sería “el policial nos permite ver lo que a una sociedad le está pasando”. Y esto es así. Si bien el policial es, sin exagerar, un transgénero metamorfoseado en una constelación de formatos y temas (lo que le daría su valor universal), al mismo tiempo, cada geocultura tiene su versión de policial ajustado a sus íntimas necesidades de contar sobre el crimen.


Por Iván Wielikosielek

Marzo de 2012